En más de una ocasión alguien me ha preguntado: ¿cómo puedo saber si he despertado? A lo cual respondería:
Primero, diría que es algo que uno sabe desde dentro, ya que se inician cambios, aunque tal vez la persona no pueda ponerle todavía palabras. Es como saber si uno se encuentra bien o mal, y qué nivel de energía tiene. Es una percepción de que algo está dejando de ser como había sido.
Segundo, en la medida que uno comienza un camino – lo sepa o no, inicialmente – de búsqueda de respuestas, está iniciando este proceso del despertar. Buscar respuestas a cuestiones interiores, a las preguntas fundamentales de la vida, forma parte de este proceso de despertar. Como hemos visto, cuando en el Viaje del Héroe, uno siente la Llamada y se atreve a seguirla, está iniciado un proceso de despertar de la conciencia. Seguir esta Llamada nos conduce a descubrir nuevas realidades interiores y exteriores, y siempre es una experiencia transformadora que nos beneficia.
Tercero, en la medida que buscamos para ser más auténticos como personas, y para encontrar lo verdadero, sin duda, estamos en un proceso de despertar. Si sentimos la necesidad de descubrir la Verdad, nos encontramos en este camino, del mismo modo que si sentimos la necesidad de volvernos más auténticos, mirando hacia adentro, también es síntoma de ello. Buscar aquello que dota de mayor significado nuestras vidas, a través de lo que hacemos en el día a día. Algo que, la mayoría de las veces requiere de cambios importantes. A veces esta búsqueda de mayor significado es la consecuencia de sentir un vacío interior, de que la vida no nos llena, que no significa nada. Tratar de encontrar las causas del vacío y cómo terminar con él, forma parte de este proceso de despertar.
Cuarto, estar leyendo este libro es síntoma de estar despertando o estar ya en el curso del proceso de despertar.
Quinto, sentirse identificado con parte o la totalidad de los procesos que he descrito hasta este momento, y los que seguiré exponiendo.
Sexto, también podemos saberlo mirando hacia atrás, y viendo cómo era nuestra vida antes y cómo es hoy. Si ha habido cambios sustanciales promovidos por necesidades interiores, sin duda uno está en un proceso de despertar.
En una ocasión alguien me preguntó, ¿y por qué querríamos despertar? Una muy buena pregunta. Yo creo que la respuesta es tan sencilla como preguntar por qué un manzano querría dar manzanas. El despertar es intrínseco a la condición humana, del mismo modo que es intrínseco a un manzano dar manzanas. Se trata de un proceso de maduración. Llega un momento u otro, en esta vida o en la siguiente, en que necesitamos dar aquello para lo que hemos sido creados. En algún momento nos paramos a pensar, qué hago aquí y qué se supone que tengo que hacer, porque lo que hago no es lo que me hace sentir realizado. En algún momento entramos en contacto con nuestra esencia, que nos aporta este tipo de chispas de iluminación y conciencia que detonan necesidades de cambios interiores.
Un manzano se realiza dando manzanas, ¿Qué tenemos que hacer nosotros para realizarnos? Empezar a escuchar a esa sabiduría interna que nos conduce hacia ese lugar desde el que podemos dar nuestro propio fruto. Es el camino de despertar, de realización, para ser lo que hemos venido a ser. No encontrarle el sentido al despertar es, en mi opinión, no haber iniciado todavía el proceso de despertar. Es estar todavía dentro de la Caverna de Platón, en la Caja viviendo cómodamente dentro de los límites y rutinas del día a día. En un mundo de automatismos e inconsciencia. No hay nada de malo en ello, simplemente es la condición previa. Del mismo modo que no hay nada de malo en ser una semilla que todavía no ha empezado a germinar. La semilla tiene todo el potencial de convertirse en un árbol, en un manzano, aunque aún no haya iniciado el desarrollo. No estamos aquí para competir acerca de quién germina antes, sino para aprender a ser desde la condición en la que nos encontremos. Todos los estados, hasta el de producir el fruto, forman parte del ciclo de evolución natural de un árbol.
Extracto del libro Un Nuevo Mundo en manos de Héroes (pág. 518-520, 2004)
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